Ya sea por la antigüedad de una casa o por mínimos movimientos producidos por asentamiento, se pueden generar grietas. A lo largo del tiempo, pueden ser molestas y, en caso de no arreglarse, es probable que se generen daños aún más grandes.
Siempre y cuando desees un acabado profesional, arreglar las grietas representa una tarea fundamental. Recuerda que, si necesitas reparar grietas u otros servicios de albañilería, ¡consúltanos!
Tipos de Grietas
El origen de una grieta puede estar dado por la exposición, el uso de materiales de mala calidad, la combinación errónea de los mismos, sobre peso o movimiento en la estructura. Así que, antes de conocer los pasos a seguir para reparar es importante tener en cuenta los tipos y origen de las mismas.
Entre los tipos de grietas más frecuentes que se pueden encontrar en la pared del hogar, destacan.
Grietas Horizontales
Por lo general, se originan por el uso indebido de los materiales de construcción o bien, por problemas de humedad. Este tipo de grieta, indica que la pared cuenta con daños en el revestimiento o parte interna.
Grietas Verticales
Al momento de observar una grieta de este tipo, lo ideal es consultar con un profesional de confianza, ya que por medio de él, conocerás el origen de la causa. No obstante, son el indicio de una posible falla estructural y se originan en las esquinas de la casa.
Grietas Diagonales
Es la más grave de las tres, puesto que indica daños un poco más graves en la estructura. Se recomienda consultar con un profesional en el área para hacer un análisis previo a la reparación.
Pasos para arreglar una grieta en la pared
Es importante destacar que, las grietas a reparar están vinculadas a capas superficiales de la pared y que no tienen mayor importancia. Para trabajos más complejos, se debe consultar a un especialista en el área.
Antes de comenzar, procura tener las herramientas y equipos de protección necesarios. A continuación, el paso a paso.
Paso 1: agrandar y limpiar la grieta
Por medio de un pico de una espátula, se debe dar golpes suaves sobre la superficie de la grieta. Esto permitirá que se desprenda el yeso que no se encuentra fijo. Posterior a ello, remueve todo el polvo y escombros de la superficie con una brocha seca.
La limpieza es importante, ya que impedirá daños futuros por mezcla indebida de materiales.
Paso 2: humedecer y tapar la grieta
Con la ayuda de un pulverizador, se debe aplicar agua sobre la grieta a reparar. Seguido, con la espátula empleada durante el paso uno, se toma un poco de pasta o masilla. Al momento de aplicarla, no cubras de inmediato la grieta con la pasta.
La mejor técnica es ir aplicando en capas delgadas y remover con la misma espátula el exceso. Este proceso se debe repetir hasta que la grieta esté cubierta por completo, ya que de lo contrario, la misma se contraerá al secar.
Paso 3: secar y lijar la superficie
Una vez cubierta por completo, deja secar la superficie por un par de horas. Ahora, con la ayuda de una hoja de lija gruesa, lija de forma circular hasta nivelar por completo la superficie.
Retira el polvillo generado con un paño húmedo, verifica que la superficie esté completamente lisa si no, lija ligeramente hasta encontrar uniformidad.
Tal y como se han indicado en los pasos, un proceso bastante simple que puede realizarse en par de horas. Basta con tener al alcance los materiales necesarios y la disposición.